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En su primer año de gestión, el gobierno de Cambiemos aplicó un plan económico del manual de neoliberalismo que fabricó una crisis donde no la había: lo maquillaron con “sinceramiento”.

El macrismo busca esquivar responsabilidades de sus políticas de ajuste que llevaron al país a una profunda recesión depositando culpas en la “pesada herencia”.

La Argentina pasó de tener indicadores económicos sólidos a declarar la emergencia social y alimentaria, que Mauricio Macri y la propaganda mediática que lo mima tratan de esconder bajo la alfombra. Y todo esto es mérito del dream team amarillo, “el mejor equipo de los últimos 50 años” que acompaña al presidente. En su primer año de gestión, el gobierno de Cambiemos aplicó un plan económico del manual de neoliberalismo que fabricó una crisis donde no la había: lo maquillaron con “sinceramiento”. El macrismo busca esquivar responsabilidades de sus políticas de ajuste que llevaron al país a una profunda recesión depositando culpas en la “pesada herencia” del gobierno anterior. Una estrategia agotada.

Para algunos, Macri estafó a buena parte de sus votantes y también a los que no lo votaron porque mintió a cara descubierta y en público. Esta apreciación se pone en evidencia al repasar sus promesas de campaña resumidas en el histórico debate televisivo con el ex candidato presidencial del FpV Daniel Scioli una semana antes del balotaje que catapultó al líder del PRO al sillón más importante de la Casa Rosada. Además de la recordada chicana “¿en qué te han convertido Daniel?, pareces un panelista de 678”, Macri denunció una campaña del miedo en su contra y rechazó las acusaciones de su rival en las urnas, que por entonces alertaba sobre una devaluación, aumento de tarifas, despidos. A un año del debate se sabe que ocurrió esto y mucho más.

En la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, Macri aseguró ante las cámaras: “La inflación es un impuesto injusto que voy a eliminar”. En apenas un año de gobierno, la duplicó. También dijo que no iba a devaluar. Sin embargo, ni bien asumió desarticuló controles cambiarios y auspició una megadevaluación que hizo disparar los precios. Aseguró que no quitaría subsidios y que no habría tarifazos: los aumentos de gas y de luz fueron de 200 a 500 por ciento, y más. Además aseguró que seguiría Fútbol para Todos y que cuando llegara a la Presidencia iba a incrementar el presupuesto en salud, educación, ciencia y tecnología. Falso de toda falsedad, como la vacua consigna “pobreza cero”.

Mientras Macri cacareaba, su equipo económico ponía los huevos en otra parte. Incluso, hasta el propio presidente muchas veces se contradecía. A muchos no los sorprendió el rumbo elegido por el líder del PRO, que ya había dejado su marca en la ciudad de Buenos Aires, aunque sí la celeridad con la que se fueron destruyendo avances conseguidos en la última década. El plan económico del macrismo comenzó a surtir efecto desde noviembre del año pasado y despertó una pesadilla para la clase media y sectores populares que hoy hacen malabares para llegar a fin de mes.

Todas las variables económicas fueron negativas: más pobreza, más desempleo, más inflación, menos consumo, desplome de la actividad, contracción de la producción industrial. No hubo “segundo semestre” y los promocionados “brotes verdes” sólo se vieron en la posibilidad de adquirir dólares “en libertad” y en el acelerado proceso de reendeudamiento que abrió Cambiemos, uno de los mayores de la historia del país.

El plan económico desplegado por la neoalianza, a punto de cumplir un año en el poder, perjudicó a trabajadores, a las capas más bajas de la sociedad, a comerciantes, pequeños y medianos empresarios. En contraste, benefició al sector financiero y agroexportador, y al capital extranjero radicado en el país, entre otros grupos económicos. Cambiemos quebrantó el bienestar general y privilegió a una minoría. Pero ojo, con Macri ¡se puede comprar dólares!

Según los últimos datos oficiales basados en información del sistema de seguridad social, el empleo en blanco cayó 1,5 por ciento, es decir se perdieron casi 130.000 puestos de trabajo en los primeros nueve meses del año. Esto refleja el impacto de la prolongada recesión sobre la actividad laboral y la magnitud de las políticas de ajuste. Reportes privados dan cuenta de más de 200.000 despidos en la era Macri.

En el último año, de acuerdo a los datos de Afip, cerraron más de 2.000 empresas. Sobre 20 sectores productivos desagregados por Afip, 14 registraron bajas y sólo 6 incrementaron el número de trabajadores. Por rama de actividad entre enero y septiembre los sectores que perdieron más puestos de empleo fueron la construcción (46.163), actividades administrativas (36.578), la industria manufacturera (36.257), servicios de transporte y almacenamiento (11.634), profesionales (7.154) y servicios de alojamiento y comidas (6.389). Los sectores que aumentaron su plantilla de personal fueron comercio (4.176), intermediación financiera (9.420), enseñanza (9.114) y salud (3.747).

Con Macri en el gobierno, desde el Estado se generó las condiciones para mutar la relación entre el trabajo y el capital, con caída de la ocupación y del poder adquisitivo del salario –se estima en un 10 por ciento–, como manda la ortodoxia económica. La bicicleta financiera y la fiesta de los mercados, con fuga de capitales a troche y moche, revive otros momentos del país, cuando la economía estaba bajo tutela de Martínez de Hoz o de Cavallo. Hoy el dúo Prat Gay-Sturzenegger imita lo peor de aquellos tiempos. Con Macri en el gobierno hubo transferencia de ingresos de los sectores populares hacia las clases dominantes, lo que se conoce como una regresiva distribución de la riqueza.

El gobierno de Macri cumplirá su primer año en un contexto complejo, con pérdida del poder adquisitivo del bolsillo, caída estrepitosa de los niveles de consumo, apertura importadora para intentar disciplinar a los empresarios pero con graves consecuencias para la industria nacional, y rebrote inflacionario. Hay injusticia social, y se nota. Los aumentos de salarios, jubilaciones y asignación universal por hijo quedaron por debajo de la suba de los precios y no hay bono extraordinario anunciado por el gobierno que corrija ese desfasaje. A un año de la gestión Cambiemos, parodiando la chicana de Macri en el debate con Scioli, cabe una pregunta: ¿en qué te han convertido Argentina?

Fuente: El Eslabón

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