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“Como consecuencia de la crisis que desde hace años atraviesa al sector, la significativa baja de ventas sufridas durante el 2016 y a pesar de los enormes esfuerzos realizados por mantener la empresa y, con ella, las fuentes de trabajo, nos vemos obligados a cerrar nuestras puertas a partir del día de la fecha”. Con ese texto, enviado por WhatsApp, los titulares de la tradicional empresa de impresiones fotográficas, Triángulo Color, comunicaron a sus empleados que se quedaban sin trabajo. El mensajito llegó a uno de los laburantes a las 7 de la mañana del jueves 24 de noviembre y se lo mostró de inmediato a su compañero, que intentaba en vano abrir la puerta del local de calle Corrientes al 1900. En un rato, todo el personal de la firma se encontraba en el lugar, junto a dirigentes de la Asociación de Empleados de Comercio (AEC).

“Ayer se trabajó normalmente, y esta mañana cuando yo vine a abrir a las siete me encontré con la cerradura cambiada. Ahí nomás le llegó un mensaje de WhatsApp a un compañero que estaba conmigo, que decía que la empresa cerraba”, contó a El Eslabón el mismo jueves, en la puerta del local de Corrientes al 1900, Hugo Galante, el empleado de mayor antigüedad de Triángulo Color.

La Asociación de Empleados de Comercio se hizo presente de inmediato para acompañar a los trabajadores. El gremio participó luego de la audiencia que se realizó al mediodía del jueves en el ministerio de Trabajo.

“A las 11 había pactada de antemano una audiencia en el Ministerio de Trabajo porque nos deben dos meses de sueldo: septiembre y octubre”, indicó Galante, y comentó que se había llegado a un acuerdo con los patrones por el cual les iban a pagar en tres cuotas. “Justo mañana se abonaba la primera, pero eso se cayó”, refirió el trabajador.

Rodeado de compañeros y delegados mercantiles de otras empresas que se acercaron por solidaridad, pasado el mediodía del jueves, Galante habló con este medio mientras los más jóvenes asentían y los más veteranos aportaban datos. “Al parecer los dueños tenían dinero en una cuenta que la Afip se la chupó, porque tenían una mora de hace tiempo”, comentó, y luego añadió: “A nosotros nos habían dicho que tenían un plan de pago que parece que no cumplieron. La información que tenemos es que le quitaron el cuit y que hoy la empresa no puede operar”.

Algo de eso se planteó en la audiencia en el Ministerio, en la que, por la patronal, participaron Pablo y Nadia Iphais, hijos de unos de los dueños originales de la firma. En la reunión, los jóvenes –de alrededor de cuarenta años– titulares de la empresa reafirmaron la decisión de cesar la actividad de la firma, y replicaron los argumentos del frío y escueto mensaje de WhatsApp.

Los laburantes se muestran conscientes de que ahora se abre una dura negociación y un panorama incierto para los próximos meses, en el que la prioridad es el cobro de la deuda y el pago de la indemnización. “Lo que dice la ley”, subrayó Galante.

En la charla, sobre la vereda de Corrientes al 1900, asoma –aunque con timidez– la idea de una posible autogestión de la empresa por parte de los trabajadores. “Podría ser lo de la cooperativa, siempre y cuando nos dejen los locales, las máquinas, y no las deudas”, tiró uno. “Y que paguen lo que nos deben y las indemnizaciones”, remarcó otro.

“En total somos treinta empleados, algunos con mucha antigüedad. Yo, por ejemplo, tengo 37 años, soy el más antiguo, pero cerca mío hay cuatro o cinco más”, ilustró Hugo. “Pero quedarse sin trabajo es un garrón, hay muchos compañeros que tienen chicos y sabemos lo difícil que es hoy en día quedarse sin trabajo”, admitió.

Ante los argumentos de la empresa, tanto el gremio como los trabajadores reconocen un proceso de cambio en los comportamientos de los consumidores en los últimos años, producto de las nuevas tecnologías digitales, y también el agravamiento de este año con la caída del consumo interno. Pero como conocen los números de la compañía y el movimiento cotidiano de los locales, no se dejan engañar. “Trabajo hay, a pesar de que la actividad cayó en los últimos tiempos, y este año en particular, pero se puede seguir funcionando”, explicó una de las trabajadoras. “Sabemos que la firma tiene una facturación de un millón y medio de pesos por mes, como mínimo”, agregó la mujer.

Los laburantes ven la situación de la calle, la gente con menos plata, menos actividad, pero no aceptan el argumento de la crisis como razón para cerrar la empresa. Más bien consideran que hubo un “mal manejo y decisiones equivocadas” como “cerrar en marzo el local de la peatonal Córdoba y el de la ciudad de Rafaela”. “Quisieron achicar gastos, pero achicaron lugares de venta y por ende de ingreso de dinero”, graficó otro de los veteranos, al que todavía le faltan unos cuantos años para jubilarse.

Actuales dueños

Una de las incertidumbres que se planteó en la puerta del local de calle Corrientes de Triángulo Color fue alrededor de la titularidad de la empresa. La duda es si Pablo y Nadia Iphais son sus actuales y verdaderos propietarios.

Sobre la empresa, en el Boletín Oficial de la provincia de Santa Fe consta la “cesión, donación y designación de gerentes”, y la “reunión de socios de fecha 16 de enero de 2015”.

Bajo el subtítulo “Capital Social – Cesión de cuotas – Donación”, se lee: “Leonardo Luis Mehring, titular de 13.500 cuotas de conformidad con la cláusula novena, vende cede y transfiere a Pablo Andrés Iphais, 6.750 cuotas; y a Nadia Valeria Iphais, 6.750 cuotas sociales”.

El documento también indica que “Julio César Iphais, titular de 13.500 cuotas, según la cláusula novena del contrato dona a su hijo Sr. Pablo Andrés Iphais, la cantidad de 6.750 cuotas y a su hija Nadia Valeria Iphais, la cantidad de 6.750 cuotas sociales”.

“Atento la cesión de cuotas, donación y renuncia de los gerentes Sr. Leonardo Luis Mehring y Julio César Iphais, se designan como Gerentes a los Sres. Pablo Andrés Iphais, y Nadia Valeria Iphais”, concluye el texto publicado en el Boletín Oficial.

Fuente: El Eslabón

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  1. […] empleados se enteraron el jueves pasado, por WhatsApp, que la firma cerraba todos su locales dejando a treinta personas en la calle. Ya hubo una serie de […]

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