La jueza Alejandra Rodenas. Foto: Manuel Costa.
La jueza Alejandra Rodenas. Foto: Manuel Costa.

Un ex comisario de la Policía de Rosario fue procesado este jueves por presunto enriquecimiento ilícito al no poder explicar su crecimiento patrimonial ni el origen lícito de una parte de sus ingresos.

La jueza de instrucción Alejandra Rodenas procesó al comisario retirado Osvaldo Raúl Bejarán (57) por enriquecimiento ilícito, en una causa iniciada hace siete años luego de que el funcionario policial pasara a retiro.

De acuerdo al auto de procesamiento, al que accedió este medio, entre 1978 y 2008, mientras prestó servicios en la fuerza de seguridad, Bejarán experimentó un “enriquecimiento apreciable e injustificado”.

La investigación determinó que el comisario retirado era propietario al momento de dejar sus funciones, en 2008, de dos inmuebles y varios automóviles, además una licencia de taxi, entre otros bienes.

También el patrimonio de su ex mujer fue puesto bajo la lupa judicial, para evaluar la consistencia entre sus tenencias y sus ingresos como policía.

“De la documental, declaraciones juradas y estados contables pertenecientes al señor Bejarán, podemos apreciar que no surgen fondos disponibles para justificar el incrementos patrimonial que tuvo el imputado en el período objeto de esta investigación”, señala la resolución de la jueza Rodenas.

Bejarán se retiró en septiembre de 2008 con el grado de comisario, tras haber sido jefe de la seccional 13ra de Rosario y titular de la División Leyes Especiales, entre otros destinos.

En otro tramo, el fallo sostiene que “la diferencia entre activo y pasivo en los años 2002, 2003 y 2004 daba resultado negativo, es decir pérdidas”.

“Por lo tanto –abunda-, no es posible justificar el dinero que utilizó el imputado para la compra de una chapa de taxi y un vehículo, así como el resto de los bienes adquiridos en dichos años”.

Según el detalle del expediente, el comisario le compró en esos años a su ex esposa un Renault Clío por 21.500 pesos; adquirió una licencia de taxi y un Fiat Siena para prestar el servicio por 19 mil dólares; compró otro Clío modelo 1995 por 13 mil pesos y un inmueble en calle Lavalle 921 de Rosario, por el que desembolsó otros 78 mil pesos.

El comisario argumentó en su defensa que recibió donaciones de sus padres –que no fueron documentadas-, pero según la jueza ni siquiera pudo aportar los montos recibidos ni justificar sus progenitores el origen del dinero.

“Existen elementos sólidos, concordantes y suficientes para arribar al grado de probabilidad que la ley exige para considerar que el señor Bejarán tuvo un enriquecimiento injustificado, ya que sus bienes y valores no tienen origen en una fuente legítima compatible con el desempeño que el mismo ejerció en la función pública”, concluye el fallo.

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