La banda de ska rosarina con más de 25 años en las pistas, presenta su Disco Rayado (Loca carrera hacia la nada), este domingo 1° de enero en La Florida. En la previa este periódico habló con dos de sus cabecillas.

El guitarrista Pablo Vanyo Broardo, y el vocalista Fernando Vercelli, dos de los fundadores de Scraps, se repartieron por estos días las entrevistas promocionales de su disco nuevo, aún cuando no están del todo de acuerdo con algunas cosas que dice el otro frente a los micrófonos. ¿Viste la nota de El Ciudadano? Y a vos, ¿cómo te fué con Taffoni?, se preguntan cara a cara, haciendo un poco de acting. Es que el Vanyo “es más pesimista”, y se detiene en detalles que tienen que ver con el arduo proceso que les representó la salida del disco, y que implicó cuestiones económicas, cambio de formaciones y otras yerbas. En cambio, Vercelli apela al ¡pim pam pum!, “salió el disco y le damos para adelante”. “Hay que equilibrar un poco”, responde el guitarrista.

De cara a la presentación de su Disco Rayado, este domingo 1° de enero a las 17, en Natural Mystic, se reúnen a ensayar en una sala de Suipacha y Catamarca. La charla en la previa es movediza. Vercelli va y vuelve como un carrilero, respira unas secas de tabaco y vuelve a la barra enclavada en el vestíbulo donde transcurre momentáneamente la entrevista. El Vanyo está más quieto pero juega, mientras va llegando la banda estable. Y también hay un ir y volver en el tiempo, se habla de la calidad de viejas canciones como Sicilia, anécdotas de los comienzos, como aquel primer show en Ibarlucea, en 1992, derrotas y triunfos.

“A nosotros siempre nos gustó la parte más oscura, más inglesa del ska. Estamos fusionados con la milonga y siempre nos vamos un poco para el lado del tango. De chico, en mi casa, mi viejo ponía Grandes Valores del Tango. Yo no le daba bola pero estaba ahí, y ahora escucho Floreal Ruiz y me vuelvo loco”, confiesa Vercelli. Vanyo enfila pa’ la cepa musical del grupo. “De entrada ya sabíamos que Scraps era una banda de ska. Al principio no había vientos, teníamos percusión, teclados, viola, pero siempre quisimos caños. Venía uno que tocaba el saxo más o menos y metía un ¡pppuuup!, y nosotros decíamos ¡eeeh! ¡vamos!”, recuerda.

“Siempre le dimos importancia suprema a las letras, como le damos importancia al groove de la banda y a tratar de bailar. Con las letras, yo tiro una idea y la trabajamos a full con los muchachos”, aclara la voz cantante.

El nuevo material mantiene el formato de ska y rock de los comienzos, sumado a otras sonoridades y tiempos, el rocksteady, el rap, siempre con el tufillo arrabalero y atorrante que emanan las letras de Vercelli, quien afirma:“Yo hablo sobre nuestra vivencias en Rosario y hacemos como una especie de comic, como fue Sicilia, que habla de los mafiosos en Italia; o como en Primer round, que está en el nuevo disco y que habla de la historia de un boxeador. Siempre el fútbol está metido en pequeños guiños también, desde el lugar donde nos movemos”, dice Fernandito, que de pendejo jugaba al fútbol y lo apodaban El Zurdito. Jugó en el club Mercadito Lux; Morning Star; las inferiores de Central, y alguna vez lo fueron a buscar de Ñubel y pasó la primera prueba. Y aunque el padre lo quería matar, no se quedó por su afición canaya.

¡Largaron!

Después de muchos años y algunas intermitencias, en el ocaso de diciembre Scraps lanzó Disco Rayado (Loca carrera hacia la nada), su tercera producción discográfica. Lo nuevo contiene una lista de temas que comienza con el homónimo Disco Rayado, y sigue con Danza Loca, Lágrimas de alcohol, De Pie, Tarde o temprano, Primer round, Attention Mesdames et messieurs, (el inolvidable tema que musicalizaba No toca botón), Siluetas en la oscuridad, Sueños, Una copa por llenar, No-swing, la versión de Charlie’s angels, y una nueva del que consideran a esta altura un himno de la banda: Caravana (de cara al sol).

El registro del disco comenzó hace más de un lustro en la zona de Fisherton, en el estudio El Dorado, y fue mezclado por Jorge Negro Ojeda y el propio Vanyo en Insitu, otro estudio pero de Echesortu. Muchos de los músicos que participaron eran integrantes de Cocktail Real, una formación que compartían tanto Vercelli como El Vanyo Broardo, e invitados como Lanas Corleone, cantando un rap en Sueños,  Nico Petrich de Flor de Pavo, con un piano hammond en la canción de Los Ángeles de Charly y Diego B en programaciones, entre otros.

Desde la largada y durante todo el recorrido adrenalínico que tiene el disco, incluido el efecto en los pies y en la cintura que provoca el ska, se suceden guiños sonoros a la vieja serie animada Los Autos Locos, la que tenía entre tantos otros desopilantes competidores al profesor Locovich, la bella Penélope Glamour, Los hermanos Macana, y el famoso perro Patán.

De este insert artístico renace la pica divertida entre el guitarrista y el vocalista.

“¿Por qué Los Autos Locos?”, se pregunta Vanyo, y se responde. “A mí me lo mostraron y me dijieron: «Va esto»” (risas). Y Vercelli retruca: “La idea principal es que se escuche el disco desde el principio al fin, como cuando éramos pibes. Ahora sólo se escuchan temas. Esto lo aprendimos de Los Twist, tampoco nos gusta la ópera rock, esa cosa pomposa”, aclara, mientras su socio sostiene que le gustan “los álbumes que tienen concepto”.

“Oh, casualidad, hace 15 años que no daban Los Autos Locos y los están dando como a las 3 de la mañana, en Cartoon Network, que nunca pasa dibujitos de esa época, para uno que es noctámbulo… Y la historia es que nosotros pensamos esto de que la vida es una «loca carrera a la nada». Para mí, después de la muerte no hay nada, como antes de nacer”. Vanyo muestra sus diferencias: “Eso ponelo como que lo dice él, yo no coincido. Para mí, no sé, nacemos de nuevo”. “Para mí, la nada –vuelve a su idea Vercelli–, espero que sea así, se terminó, se apagó el televisor y a otra cosa mariposa. Por eso se llama Loca carrera a la nada”. “A mí me gusta más la idea de los autitos corriendo a contramano”, dice, en cambio, el guitarrista.

Todo comienza al fin

En 1992, dos años después de la primera reunión, Scraps dió su primer recital en la localidad de Ibarlucea, un destino impensado. “Habían apuñalado a un tipo tres semanas antes de hacer el show. Tocamos solos y metimos como 200 personas. Sacamos un bondi de la plaza Sarmiento con nuestros amigos, que ni habían escuchado la banda todavía. ¡Mirá dónde nos fuimos!”, cuenta Fernando Vercelli. Y Broardo recuerda: “En el cuarto tema, se rompe la cuerda del bajo y no había otro bajo, ni otra cuerda. Lo agarró Rodrigo Abecasis y ató la cuerda con un alambre e hicimos el show así. Lo hizo en cinco minutos, fue alucinante”.

Hay muchas anécdotas, como el show que dieron en el viejo espacio de la Unión Ferroviaria, donde hoy está el teatro Vorterix. “En un momento, Fernando pega un salto en el escenario de madera y se entierra  hasta el cuadril”, cuenta el guitarrista entre risas, y Vercelli agrega: “Desaparecí del coso ese, ¡uh!, onda dibujito, quedé en la oscuridad y agarré, subí de vuelta y seguí bailando”.

A bailar

Los Scraps se preparan para presentar Disco Rayado, a pesar de los pronósticos del tiempo, este domingo 1º de enero, desde las 17, en Natural Mistyc, el bar situado a orillas del Paraná, en la zona de La Florida. Además de la voz cantante y el guitarrista, estarán en el escenario, Jorge Turu Flores, en batería; Rosse Hernández Guiande, en teclados; Sebastián Portaneri, en trombón; el Flaco Talamonti en saxo tenor; y Gustavo Fernández, en trompeta.

En 1997 el grupo de rock y ska rosarino sacó Avarovia, un EP en formato casete que reeditaron años más tarde. En 1998 participaron del compilado nacional Skamania, compartiendo lista con bandas como Mimí Maura, Satélite Kingston y Butumbaba, entre otras. En el 2000, por último, salió de las sombras La Noche del Hombre Invisible.