Ante el multimillonario autoperdón de deudas de la familia presidencial bien vale retomar el ejercicio de suponer qué hubiera pasado si en vez de Macri los protagonistas hubieran sido Cristina o Néstor. ¿Hubiera Clarín obviado el tema en su tapa, tal como lo hizo el jueves pasado? ¿Hubieran las señoras de Recoleta seguido tan tranquilas tomando su té? ¿Hubiera la autoinstituída fiscal anticorrupción Elisa Carrió callado como calló apenas conocida la noticia?
De todos modos, el tamaño del escándalo es tan enorme que ya no basta el gran diario argentino para ocultarlo. Y además, Néstor y Cristina merecen cada vez menos la comparación con quien hoy ocupa el sillón de Rivadavia y el perro Balcarce.
Lo cierto es que el dictamen de la fiscal general Gabriela Boquín que pide rechazar lo acordado entre el Correo Argentino y el Ejecutivo Nacional, es decir entre Franco y Mauricio Macri, estalla estos días ante el estupor de millones de argentinos que cada vez sufren más para llegar a fin de mes. Y las explicaciones desde la Rosada blandiendo supuestos errores de cálculo y operaciones k a través de la Fiscal General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, chocan de frente con la bestialidad de la maniobra.
Según la información oficial del Ministerio Público Fiscal de la Nación, el dictamen de Boquín expresó que “lo acordado equivale a una condonación de la deuda y debe considerarse abusiva en tanto implicaría, de acuerdo a los cálculos realizados por la Dirección General de Asesoramiento Económico y Financiero en las Investigaciones (DAFI) de la Procuración General de la Nación, una quita de más de 4 mil millones de pesos en la actualidad y de más de 70 mil millones a 2033”.
Boquín también apuntó al funcionario del Ministerio de Comunicaciones que rubricó el acuerdo: según su resolución, el hombre no tiene potestad para decisiones como esta de perdonar miles de millones. Es el director de Asuntos Jurídicos de la cartera que conduce el radical Oscar Aguad. Se llama Juan Mocoroa y salió a negar tanto todo, que no hizo que más que sumar moco al moco: «No le perdonamos ni un mango a Macri, nada, ni siquiera los intereses», se largó el hombre, a la hora de defender al acuerdo intrafamiliar al que le puso el gancho, ante la lógica incredulidad general.
El escandelete suma muchos ceros al deteriorado presente político del gobierno, acosado por rebeliones varias que lo han llevado a un par de recules importantes como los de los decretos de los feriados nacionales y las aseguradoras de riesgos del trabajo. El descontento social crece tanto como las ganancias del imperio fundado por Franco. Hasta la CGT muestra signos de enojo que van más allá de tener el aire acondicionado a menos de 25 grados, tal como se bromea en las redes sociales. La apelación a oscuras maniobras para desviar la atención y hostigar al kirchnerismo quedan cada vez más expuestas.
Esta bomba del acuerdo filial en torno a la deuda con el Estado de la Empresa Socma Americana SA por la concesión del Correo Argentino está en manos ahora de una Cámara de Apelaciones, a la que la fiscal Boquin elevó su dictamen. No sería de extrañar que en esos fueros vuelva a darse amparo a la familia italiana con largo trajinar en los grandes negocios. Donde seguro la cosa va a ser más peliaguda para los Macri es en las urnas.
Repudios varios
El cuestionamiento al acuerdo por la deuda del Correo Argentino tuvo amplio eco entre dirigentes santafesinos opositores, con repercusiones en ámbitos legislativos. La diputada nacional Silvina Frana presentó en la Cámara que integra un proyecto que pide al Ejecutivo que informe “minuciosamente” sobre el asunto. Y en Rosario, la concejala Marina Magnani pidió a la intendenta que exija a las autoridades nacionales el mismo trato que se brinda a Socma a las pymes rosarinas. “Muchísimas pymes de nuestra ciudad están en una situación complicada y deberían contar con las mismas facilidades que se dieron a la empresa de la familia presidencial”, señaló Magnani. “En el caso de las pymes de nuestra ciudad, lo que está en juego es la continuidad de miles de puestos de trabajo y un flujo económico que queda en la región, que va al consumo; no a empresas off shore radicadas en paraísos fiscales”, fustigó la concejala del Frente para la Victoria.
También Agustín Rossi apuntó contra el acuerdo: “Esta estafa al Estado es tan bochornosa que solo puede compararse con la estatización de la deuda que hizo Cavallo en el ’82”, comparó el parlamentario del Mercosur, al tiempo que sostuvo que lo hecho por el Presidente constituye “un delito penal”.
Otro de los varios que expresaron su repudio fue el diputado nacional Marcos Cleri: “Lo que la familia Macri se autoperdónó equivale a casi la mitad del presupuesto anual de nuestra provincia; y con esos fondos podrían hacerse muchísimas obras muy necesarias para mejorar la calidad de vida de los santafesinos y santafesinas”, dijo.
“Esto es otra muestra de un modo de gobernar que privilegia los negocios de parientes, amigos y socios; y somete a miles de familias a la desocupación, la pobreza, la exclusión”, sostuvo Cleri. “En la provincia de Santa Fe, como en todo el país, se vive una situación muy crítica provocada por las políticas económicas del gobierno de Mauricio Macri; y agravada por otros factores como las inundaciones. Con este panorama, la decisión en torno a la deuda de Socma SA golpea aún más los ánimos de nuestra gente”, subrayó.
Fuente: El Eslabón
