Foto | Presidencia

Aquellos factores que la Argentina tenía parcialmente resueltos han involucionado de modo extraordinario. Varios resultan de enorme importancia. El vínculo con las llamadas potencias emergentes fue de especial interés. Un importante aporte de know how facilitaba relaciones que, debido a la distancia en el PBI, podían haber resultado desiguales. Y el control de las importaciones para promover la protección de la producción interna, evitaba la plasmación de ese desequilibrio.

Así, la Argentina nacional y popular entabló un delicado trato bilateral con Rusia, en principio, y con China. El reconocimiento al saber sureño y lo verificable de nuestro crecimiento derivaron en propuestas para la incorporación al BRICS. Se lograron inversiones para infraestructura energética notables y en ningún caso se abrieron las compuertas a la invasión de manufacturas externas. Hubo dificultades debido a la necesidad de ciertos insumos sólo generados en otras regiones, cierta lentitud en áreas de sustitución; pero el esquema funcionó adentro y afuera.

Hace pocas horas resultó penoso escuchar al ministro de Economía Nicolás Dujovne y al secretario de Minería, Daniel Meilán quejándose amargamente en Londres por las “tendencias proteccionistas” que “perjudican” la vida comercial internacional. Como detalle, lo hicieron durante un encuentro cuyo título hubiera impactado hace seis u ocho meses, agit prop incluido: «Argentina Mining Plan 2017, a New Era» con la presencia de ejecutivos del OakTree Group, Capital Group y RiverStone.

Cabe realzar que las escasas coberturas internacionales coincidieron en indicar que esos dos funcionarios argentinos cuestionaron, de hecho, a Rusia, China… y a los Estados Unidos por ser parte de esa tendencia. Una admisión del aislamiento pleno de nuestro país, con un añadido: no debería pasarse por alto que se efectuó en la Gran Bretaña Brexit. Claro que los empresarios presentes asentían porque escuchaban una bella melodía. La que les proponía venir, quedarse con todo y fugar, como corresponde a un país moderno y eficiente como el que impulsa el macrismo.

Pocas horas después nos enteramos que el diputado nacional del Frente Renovador Sergio Massa abogó por un crecimiento de las inversiones chinas en el país, que incluya la creación de puestos de trabajo para los argentinos.»Tenemos que generar condiciones que impulsen el fortalecimiento de nuestras industrias y aseguren los puestos de trabajo de nuestra gente», dijo el legislador nacional durante una disertación en el Centro de Estudios Argentinos, del Instituto de América Latina de la Academia de Ciencias Sociales de China.

Massa olvidó decir que eso es lo que se estaba concretando en el denostado ciclo anterior. Señaló, eso sí, que gracias a la gestión actual –que él respaldó durante la segunda vuelta y ya asumida, en Davos, añadimos nosotros- se reprimarizaron las exportaciones argentinas a China. Olvidó que justamente los asistentes habían inventado la pólvora y dijo: “tenemos que evitar que Argentina quede atada a la exportación de commodities porque esto atentaría contra las posibilidades concretas de exportar productos manufacturados de mayor valor agregado».

En suma, nuestro país está fuera de las más importantes tendencias internacionales : limitación al capital financiero que desastró Europa e impulso a las inversiones productivas. Esto equivale lisa y llanamente a la mayoría del planeta. Semejante situación es comprendida por quienes se anotan cual relevos y tratan de desandar sus delitos antiindustriales de pocos meses atrás. Pero, por vuelta que se le dé, la opinión pública debe saber que muchos de esos asuntos estaban siendo resueltos en base a un proyecto que hacía chorrear la manguera de la economía, hacia adentro.

Por tal motivo es que de entrada nomás, insistimos en dar batalla por un diagnóstico positivo, es decir realista, de la Década Ganada. La versión sobre una presunta crisis heredada se impuso a través del decir oficial y su expansión en los grandes medios de comunicación. Semejante disparate abrió las compuertas a medidas feroces en contra del trabajo argentino con el absurdo argumento de “reinsertar el país en el mundo”. Ahora, el gobierno del PRO Cambiemos está luchando con pasión por convencer al mundo, que nada entiende, sobre la necesidad de insertarse en el modelo argentino.
• Director La Señal Medios / Sindical Federal / Area Periodística Radio Gráfica.

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