Norma Vermeulen leyó su carta este 24 en el Monumento. | Foto: Andrés Macera.
Norma Vermeulen leyó su carta este 24 en el Monumento. | Foto: Andrés Macera.

No estoy preparada para hablar ante tanto público , pero hoy siento la necesidad de hacerlo porque, justamente, dentro de pocos días, precisamente el 1° de Abril se cumplen 40 años de la desaparición de mi hijo Osvaldo, uno de los 30 mil desaparecidos, que como todos sabemos fueron torturados y muertos por una feroz dictadura cívico-militar, la que azotó durante varios años a nuestro país; dictadura que no conformes con ello se embarcaron en una guerra sin sentido tratando de recuperar Malvinas, llevando a una muerte anunciada a soldados sin preparación, sin armamentos, sin comida, sin ropa, con sólo su coraje; tenemos aún ex combatientes con secuelas importantes por esa guerra.

Tanto en un caso como en otro hicieron perder a esta Patria a una generación importante de jóvenes luchadores.

Hice toda esta introducción para hablarles, principalmente, a los más jóvenes que no vivieron esta historia, jóvenes que se nutren de la información que van recibiendo por distintos medios, información que, muchas veces, no se ajusta a la realidad y se distorsiona arteramente.

Mi generación estaba acostumbrada a vivir escasos tiempo en democracia, siempre estaba sobre nosotros la espada de Damócles de un nuevo golpe; con la llegada de Néstor y Cristina comenzamos a tener esperanza, aprendimos a reafirmar el Estado de Derecho, a que la oportunidad de mejoras fuese mejor distribuida, a una mejor calidad de vida, pero fundamentalmente como dije recién, a tener esperanzas por una Argentina mejor; muchas conquistas que hoy vemos se están perdiendo, desapareciendo… vaya paradoja.

Por eso les pido, desde mi humilde lugar, que militen, aún en diferentes partidos, luchen por lo que crean, que la política no es algo malo, aunque haya algunos malos políticos que quieran volver a vendernos espejitos de colores, pero finalmente muestran su verdadera cara.

Durante los próximos años traten de no tropezar con la misma piedra como tantas veces nos pasó a nosotros, y amen a nuestra Patria, y hagan todo lo posible para que sea un país mejor para todos, donde valga la pena vivir.

Solo quise expresar lo que siento y no lo digo solamente por mí sino en homenaje a mis compañeras que emprendieron el viaje final y también a las que están con el corazón y no pueden estar presentes hoy.

¡Hasta la victoria siempre!

Muchas gracias.

*Madre de la plaza 25 de mayo

 

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