La muestra Sobrevivientes captura y reconstruye tres testimonios en vida de ex detenidos por la última dictadura en Rosario. Se puede ver hasta el 31 de marzo en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa.

La exposición que reúne historias de personas que sufrieron el terrorismo de Estado y vivieron para contarlo, se da en el marco de un nuevo aniversario del golpe cívico militar iniciado en 1976.

Las imágenes de los reporteros Fernando Der Meguerditchian, Flavia Guzmán y Julieta Pisano, y las crónicas de Celina Poloni, María Sol Prados y Leandro Yanson, retratan y recrean las experiencias de Martha Díaz, Lelia Ferrarese y Horacio Dalmonego, detenidos ilegalmente en centros clandestinos de la región.

Las fotohistorias son una producción de la cooperativa de comunicación La Brújula y se pueden ver hasta el 31 de marzo, de lunes a viernes de 9 a 21, y los fines de semana de 10 a 20, en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa –San Martín 1070– con entrada libre y gratuita.

“La idea surgió el año pasado en el marco de los 40 años del golpe. Teníamos ganas de hacer algo con la temática fotos, que es algo que hacemos con el equipo de la cooperativa, y quisimos acompañar el trabajo con crónicas. La idea fue centrarnos en las historias de gente detenida por la dictadura como Martha, Lelia, y Horacio, que habían logrado sobrevivir después de pasar por situaciones terribles y hoy son el testimonio caminante de lo que pasó”, contó Julieta Pisano, fotógrafa de La Brújula que desde hace años se comprometió con la causa de derechos humanos “para entender cómo fueron las cosas”.
Pisano manifestó que de una temática tan amplia y abarcadora y con tantos protagonistas –Madres, Abuelas, Hijos, nietos, Familiares de desaparecidos–, quienes estuvieron detenidos representan una punta interesante: “Ellos son personas que han testimoniado en los juicios de lesa humanidad y eso tiene un valor inmenso”.

—¿Cómo enfocaron las historias de Martha, Lelia y Horacio?
—La verdad que no conocíamos a ninguno. Recurrimos a una serie de personas que habían sido sobrevivientes y elegimos a puro azar, y no nos arrepentimos. Nos abrieron las puertas de sus casas y estuvieron muy predispuestos. Muchos de ellos guardan cosas valiosas: documentos, papeles, cartas. Lo primero que hicimos fue hablar con ellos, juntarnos, tomar mate y charlar; y en una segunda instancia, fuimos con el equipo de fotógrafos a retratarlos en sus casas y en otros entornos como la plaza 25 de Mayo, escenario de las rondas de las Madres a las que Martha Díaz acompaña semanalmente; “El Pozo” (ex Servicio de Informaciones de la Policía de Rosario), lugar donde Horacio estuvo detenido, y el Museo de la Memoria, donde fotografiamos a Lelia, que trabajó allí como bibliotecaria”.

Los Juicios: un hecho histórico

Los registros de Sobrevivientes contrastan imágenes en el tiempo y construyen historia, pasado y presente. Horacio Dalmonego fue querellante en la causa Díaz Bessone. En 1973, militando en la UES (Unión de Estudiantes Secundarios), perdió a dos compañeros que fueron baleados mientras pintaban una pared exigiendo el boleto estudiantil, en la esquina de La Paz y Corrientes. Tiempo después, fue detenido y torturado en el Servicio de Informaciones.

Julieta cuenta su experiencia.“Horacio volvió a ese lugar. Lo fuimos a fotografiar a la ex jefatura. Ninguno de nosotros había entrado nunca a ese lugar. El testimonio fue muy interesante. No tuvo ningún problema de bajar a ‘El Pozo’, tal vez acostumbrado a declarar en los juicios. Fue muy importante para nosotros”.

Martha Díaz, por su parte, participaba de la juventud peronista y fue apresada en la Facultad de Derecho, en 1979. Lelia Ferrarese, en tanto, fue detenida “por error”, en marzo de 1976, unos días antes del golpe, suceso que la comprometió aún más en la lucha contra la dictadura. En 2010, Ferrarese declaró en la causa Díaz Bessone por el caso de Ruth González, muerta en la Alcaidía de mujeres en octubre del 76, junto a su hermana y su cuñado, y en el caso “Altamirano y otros”, ocasión en la que señaló en rueda de reconocimiento a Carlos Caramelo Altamirano, ex jefe de la policía provincial, como autor partícipe de su detención.

“Escuchando los relatos de los tres, me sorprendió el hecho de cómo recuerdan a la perfección hechos y lugares luego de tanto tiempo, sobre todo Lelia, que fue muy detallista en el color de los baldosas y las paredes de su lugar de detención, y si la puerta era de hierro o madera. Lo de Martha es muy particular y dramático. Después de ser perseguida por todo el país, la secuestraron a ella, a su marido y a su hija Ivana. Martha quedó embarazada en cautiverio y la obligaron a abortar. Al tiempo volvió a quedar embarazada y finalmente dio a luz a Franco, con el agravante de que la separaron de su hijo durante cinco días interminables”, cuenta la reportera gráfica que retrató, junto a sus compañeros, a la familia de Martha en la actualidad.

Sobrevivientes fue seleccionada en la convocatoria “40 años de Memoria viva” y será parte de una publicación del espacio Memoria y Derechos Humanos de la ex Esma.

Cambiemos (futuro por pasado)

“Mi historia con el tema de la dictadura en Argentina pasó simplemente por tener empatía, un cierto compromiso y entender cómo fueron las cosas”, confiesa Julieta Pisano, la reportera de 28 años que no vivió los oscuros días de la dictadura en carne propia, pero se interesó por los procesos históricos, sociales y políticos del país para poder entender el presente. Consultada por las similitudes entre la gestión actual de CEOs y los militares, la fotógrafa analizó: “A diferencia de la dictadura, a este gobierno lo eligieron a través del voto, y bueno, hay que respetar la voluntad popular, lo que quiso la mayoría. Sin embargo creo que se pueden hacer una serie de paralelismos. Muchos funcionarios no piensan como algo terrible a la dictadura, sino que están de acuerdo, como Lopérfido, con esto de que no eran 30 mil los desaparecidos. Esas son cuestiones que ya estaban saldadas en el país. Antes no ocurría eso, y no porque hubiera censura sino porque nadie se atrevía a entrar en esa discusión porque había una movida interesante para concientizar. A veces las declaraciones empiezan a aparecer porque hay un Estado que lo está avalando, es como que ahora está permitido decirlo, como tambień fue permitido decir «la grasa militante». Y otra serie de cosas, como el freno de algunos procesos judiciales en torno a los genocidas o el recorte de los recursos en áreas de derechos humanos. Y no olvidemos que hay funcionarios y actores que fueron la pata civil de la dictadura, como el hijo de Martínez de Hoz, que es parte del Cambiemos, Blaquier en Jujuy, y también el tema de Papel Prensa, donde hay una relación muy estrecha con los diarios Clarín y La Nación, que también tuvieron una relación muy activa con la dictadura y que se han beneficiado con fallos judiciales que frenan esa causa. Las persecuciones contra Milagro Sala y Hebe de Bonafini por cuestiones ideológicas. Macri asumió diciendo que no iba a perseguir a nadie por cuestiones políticas y muchos estatales fueron despedidos por ese tema. Y la parte económica: el achicamiento del estado, volver a un sistema agroexportador, abrir las importaciones y clausurar el mercado interno, todo eso también tiene relación con lo hecho por la dictadura en materia económica”.

Nota publicada en el periódico El Eslabón 292

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