Ilustración: Facundo Vitiello.
Ilustración: Facundo Vitiello.

Yo no sé, no. “Renunciame si tenés prueba”, decía un flaquito cuando lo trataban de chorro a la hora de jugar a las bolitas, o de haber hecho trampa. Tenía un problema, no sabía distinguir la palabra «renuncia» de la palabra «denuncia». Lo cierto es que un día apareció, y armó el equipo diciendo “yo voy a ser delegado, me encargo de los papeles”. Se refería al torneo que se estaba jugando ahí en el fondo. “Y algunos estábamos preocupados”, dice Pedro trayendo aquella anécdota a la memoria. “¿Este habrá aprendido la diferencia entre las dos palabras? Haber si todavía a la hora de protestar algún partido pone renuncio y perdemos los puntos”, recuerda que pensó en ese momento Pedro.

Por esos tiempos de adolescentes ya se escuchaba decir: “te pesqué en un renuncio”. Cosa que podía decir alguna piba a uno, o viceversa. Y nosotros, durante años, pensamos que era sinónimo de gorreo. Ya en esos momentos, las paredes empezaban a denunciar, más cerca del centro, de las facultades, “22 de agosto: la patria fusilada”. Mientras que antes de ese trágico hecho de la patagonia, el peronismo seguía conmemorando el renunciamiento histórico de Evita, también justo una fecha como esa.

Ahora, uno cuando agarra el mataburro, la palabra «renuncia» quiere decir una cosa y «renuncio», con sólo cambiarle la última letra, quiere decir “contradicción y mentira”.

“Y bueno –comenta Pedro–, a los que están casados políticamente con este gobierno de renuncios, o a aquellos que renunciaron a la pelea para acordar cosas que nunca debieron, como las leyes que perjudican al pueblo y la patria: ¿qué les estará pasando por el marote, se habrán dado cuenta de que este es un gobierno que aparte de tener un ejército de denunciadores mediáticos, es como dice el diccionario”. “Al final es un gobierno al que deberíamos decirle, te pescamos en un renuncio, en uno grande”, agrega. “Aunque todo sabíamos que no nos estaban mintiendo, y que venían a hacer el desastre que vivimos en este momento”, denuncia Pedro.

Fuente: El Eslabón

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