Imágen del portal alemán.
Imagen del portal alemán.

Pedidos de renuncia a mandatarios. Movilizaciones. Insultos. Investigaciones judiciales. Indignación y mal humor. Tanta violencia, tanta intolerancia, por unos papeles panameños que nadie entiende. Se sabe: los europeos son tristes y caracúlicos. No tienen onda. Cómo se nota que no les llegó la revolución de la alegría. Habrá que exportar globos amarillos.

La nueva Argentina, la Argentina de Mauricio Macri, volvió al mundo. Y volvió con todo. Regresó, triunfal, por la puerta grande. Volvió para ocupar un lugar de preferencia. Volvió para destacarse, para constituirse en la reserva mundial de la alegría.

Frente a un mundo gris, adusto, severo, violento y problemático, la Argentina ofrece bailongo y globos amarillos. Alegría, alegría.

La aparición de unos papeles en Panamá, unos documentos técnicos que nadie entiende, les cambió el humor a muchos ciudadanos de Europa, América, Asia y Oceanía. Demostraron una triste tendencia a la ira y al improperio. Y a ver problemas donde no hay. Buscan la quinta pata del gato y la pilosidad del calvo huevo.

Por ejemplo, en todo el mundo repudian a los “fondos buitre” (qué expresión fea y violenta, pudiendo usar la bellísima holdouts). En la Argentina de Macri, en cambio, nos hicimos amigos de los holdouts, los pusimos de nuestro lado, y eso producirá una lluvia de dólares, un maná de verdes.

El mundo debería aprender de nosotros, de los argentinos y las argentinas, que disfrutamos de la revolución de la alegría, el baile y los globos amarillos.

La severidad de los alemanes es proverbial. No es casual que los famosos papeles de Panamá hayan sido dados a conocer por un diario alemán de nombre terrible: el Süddeutsche Zeitung. Ese pasquín se permitió, además, ofender a nuestro presidente y a toda la ciudadanía argentina: “A Macri lo tratan muy bien los grandes medios, mientras que a su antecesora se la sometía a fuertes presiones para que deje el cargo”, dice el germano panfleto que debería llamarse Die Kampora.

Esta nueva Argentina, la Argentina de Macri, sabe disfrutar de las cosas sencillas de la vida, las cosas simples, cotidianas.

Aquí también hay problemas, claro, pero los vivimos de otra manera. Sin dramatizar. Además, no hay mal que por bien no venga. “Todo no se puede”, dijo Macri, completando así su otra máxima: “Sí se puede”.

Cuando el mundo entienda la relación dialéctica, profunda, entre el “sí se puede” y el “todo no se puede” dará un paso importante hacia la sabiduría.

Pero no hay caso. Los resentidos siguen despotricando, violentos, mientas aquí disfrutamos de la nueva Argentina. Lejos de los insultos y los improperios, las argentinas y los argentinos vamos por la vida cantando “Sí se puede, pero no todo”, felices, y bajo un paraguas dado vuelta. Para recibir la lluvia de dólares, claro.

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3 Lectores

  1. Marta

    05/04/2016 en 14:42

    Muy acertada tu ironía, Pablo. Y tan grande es el desprestigio de la prensa local (en su versión derechosa, como vocera del poder económico) que debemos una y otra vez referir a la prensa extranjera, para decirles a nuestros alegres y amarillos conciudadanos: ¿se dan cuenta lo que dice el mundo? ¿Se dan cuenta, por fin?
    Del otro lado de la grieta estamos los enfurecidos, los hartos, los movilizados, tratando que salten hacia aquí los que creyeron en globos y alegrías que sólo tienen valor en Panamá.

    Responder

  2. Stella Moro

    05/04/2016 en 15:02

    Y yo que no sabía por qué estaba tan feliz! y el broche de oro: la sonrisa pacífica de Nelson Castro anoche, explicando que gracias a dios y al mercado, Mau es inocente de todo, todo, todo… ese sí es un modelo de periodista, con su sonrisa, indefinida, uno no sabe si tiene un orgasmo frente a tanta bondad empresaria, o el éxtasis frente al dios don dinero, poderoso caballero.

    Responder

  3. adhemarprincipiano

    06/04/2016 en 0:36

    Hora cero,veintinueve minutos, dia 06, ya todo termino, la comedia del MACRI PANAMA, se cayo, se disipo, ahora se instalo la comedia de LAZARO KISCHNER y todo el pueblo muy feliz, POBRE NACION, MI PAIS.

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