Foto: Manuel Costa.
Foto: Manuel Costa.

El incendio de laboratorios Apolo generó gran conmoción en la zona sur rosarina. Pasadas las 4 de la mañana de este lunes, la explosión en Alem al 2900 rompió la rutina de la zona, que tuvo que ser asistida por los bomberos. El lugar se derrumbó y al menos se registraron cinco heridos. Vecinos indicaron que por «ruidos» y «temblores» habían radicado varias quejas a la autoridades. No es la primera vez que es noticia, en 2012 dejó a más de cien trabajadores en la calle.

Desde temprano, medios y movileros de todas la ciudad, llevaro el tema al tope de la agenda local. Las informaciones dadas a conocer por los bomberos y los vecinos de la zona, indican que la explosión del laboratorio Apolo podría haberse iniciado en la caldera del lugar.

El gas en la zona está cortado y los vecinos de los alrededores fueron evacuados, también informaron los habitantes del lugar.

“Siempre hubo problemas con el laboratorio”, dijo una vecina en diálogo con LT3. “Siempre se escuchaba la caldera y veías humo salir, vibraba todo el piso. Temíamos que pase algo desde siempre”, agregó.

“A nosotros se nos rajó un poco el techo”, contó la mujer que viven en el lugar, y añadió que “hubo vecinos a los que le rompió todos los vidrios”.

Apolo ya fue noticia

«El Laboratorio Apolo, empresa farmacéutica dedicada a la fabricación, fraccionamiento y envasado de soluciones parenterales de gran volumen, inyectables y productos de farmacopea, dejó a 120 trabajadores en la calle», informaba el diario El Ciudadano en junio de 2012. La nota agregaba: «Desde el pasado 26 de abril «los dueños desaparecieron, no los vimos más, cerraron sus celulares y no se presentaron en el Ministerio de Trabajo cuando fueron citados», explicó Alejandro Alegre, uno de los damnificados».

El artículo de El Ciudadano daba cuenta de que Apolo proveía de sachets de suero a hospitales y sanatorios de todo el país y había llegado a producir más de un millón y medio de unidades por mes, con una facturación de 44 millones de pesos anuales. «Hoy los trabajadores tomaron el establecimiento de Alem al 2900, en barrio Tablada, y subsisten como pueden: las mujeres elaboran tortas y pastelitos para vender, y los hombres lavan autos «para que cada uno lleve algo de dinero a su casa»», remarcaba la nota.

«Unos 60 trabajadores del laboratorio Apolo, de Alem 2967, se manifestaron ayer en los Tribunales Provinciales donde le presentaron a la jueza en lo Civil y Comercial Nº 1, María Andrea Mondelli, un proyecto de cooperativa para volver a producir el 35 por ciento de los sueros que se distribuían en los centros de salud del país, y que desde abril dejaron de fabricarse», publicó Rosario12 en su edición del miércoles 10 de octubre de 2012.

«Los empleados hicieron hincapié en que, mediante el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), «el estado nacional avaló la cooperativa», porque «consideraron que es un laboratorio de interés nacional, que producía el porcentaje que ahora se está cubriendo con la producción de un laboratorio brasilero», advirtió Raúl Olivetto, presidente de la cooperativa en conformación», informaba la nota del suplemento local de Página 12, que agregaba: «Ahora, la decisión es judicial. En el marco del concurso de acreedores, un nuevo gerenciador bonaerense pretende poner en marcha el laboratorio, pero los empleados reclaman que sean reincorporados los 120 trabajadores y que se pague la deuda, que asciende a casi 20 millones de pesos, entre sueldos y aguinaldos», indicaba el artículo firmado por Lorena Panzerini.

«En el laboratorio Apolo no existían las inspecciones», tituló La Capital el 25 de noviembre de 2012. «Es la firma que la Justicia investiga por la supuesta venta de suero contaminado a todo el país. La inspección de la Anmat al laboratorio ubicado en Alem 2967 fue el 12 de noviembre pasado», añadía la bajada de aquella nota, que también señalaba que la firma se encontraba en convocatoria de acreedores y la planta estaba tomada por su personal, que buscaba formaruna cooperativa.

«El laboratorio Apolo recibió una nueva inspección por parte de personal de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), ordenada por la Justicia, luego de que los empleados denunciaran la comercialización de suero fisiológico sin supervisión de calidad», indicaba el artículo del Decano de la prensa argentina, en el que se señalaba además que los hechos se enmarcaban en una investigación dispuesta por el juez de Instrucción Gustavo Pérez de Urrechu «tras la denuncia de dos ex empleados del laboratorio que señalaron que la firma distribuyó a lo largo de un año sachets de suero fisiológico sin control de calidad, que podrían estar a la venta o circulando en centros de salud del país».

Sobre fines de noviembre, los medios de la ciudad anunciaban que Laboratorios Apolo reabriría sus puertas, mientras el grueso de sus trabajadores que había iniciado el plan de lucha se habían conformado como cooperativa pero dedicada a otras actividades. «El laboratorio Apolo reabriría en 20 días» fue el título del noticiero de Cablehogar, Notiexpress, que el 28 de noviembre contaba que la información había sido confirmada por «los representantes de Jorge Manuel Salinas, dueño de el laboratorio Apolo de Rosario y otro ubicado en Buenos Aires».

«La fábrica de suero fisiológico funcionaría en un local al lado de donde funcionaba el laboratorio y que ahora es ocupado por ex empleados que formaron una cooperativa e instalaron un lavadero. El personal que no adhirió a la cooperativa de ex empleados, recuperaría sus fuentes de trabajo», ampliaba Notiexpress.

Más notas relacionadas
Más por Redacción Rosario
Más en Ciudad

Un comentario

  1. […] Explosión en Alem al 2900: Incendio en cuestionado laboratorio […]

    Responder

Dejá un comentario

Sugerencia

Un viaje en el tiempo al viejo Abasto de Rosario

Este sábado a las 10, se realizará un recorrido guiado desde la plaza Libertad (Mitre e It